Page 35 - Revista Islaud 78
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otras cuestiones, la restauración de la no- ¿Y cómo? No nos engañemos. Se habla
ción de enfermedad mental. de psicosis, de enfermedades, de los con-
Hay también otra discusión propiciada sumos que se convierten en problemáti-
por la industria farmacológica. El rubro cos cuando provienen de los márgenes
psicofármacos ha crecido exponencial- porque el sistema de control ahí se hace
mente en los últimos años y ha despla- problemático también; se habla de toda
zado a otros medicamentos en el ranking esa cantinela de la crisis, de un brote y
del consumo. Y para que eso sucediera nunca sobre lo que no hay que hacer; se
fue necesario crear categorías basadas habla tanto como si no tuviese importan-
en lo que los vendedores ambulantes de cia la llamada salud mental.
los laboratorios llaman “evidencia cien- Hay escenas cotidianas donde se ob-
tífica”. Entonces nos encontramos con servan intentos de meter a una persona
laboratorios propiciando diagnósticos. en crisis, primero en una ambulancia y
Divulgadores que enseñan las opiniones después en la guardia de un hospital,
de mi tío Vicente. Científicos que ense- con empujones y a la fuerza, y esa esce-
ñan las catequesis de mi maestra Josefi- na habla de varios asuntos a la vez: de
na. Juristas prometiendo paz con el cin- la disponibilidad de cama, de criterios
cho de la justicia. En fin, mucho grito de de internación, de los peligros de la si-
tero, imperativos categóricos para que- tuación. Esos y otros son temas muy dis-
dar bien con los censores más amados. cutidos en las puertas de un servicio de
En tanto las prácticas, ¿para quién? ¿O guardia. Y a eso hay que incluir lo que
para quiénes? Practicadas ¿por quiénes? no se incluye en esos diálogos: el pade-
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