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que no se puede alienar o comodificar: es   “Podríamos    los hombres en la “esfera pública” y el Esta‑
          una faena no comprable, y el salario no es                do, escena de todo discurso que se preten‑
          otra cosa que la compra de la mano de obra  aprovechar esta   de dotado de politicidad; y, por otro lado,
          transformada en mercancía.           oportunidad para     el trayecto que recorrió el espacio donde
            Hay, por siempre, en ese amplio campo                   ha transcurrido nuestra historia de gran
          de faena que incluye el servicio domésti‑ preguntarnos: ¿qué   profundidad temporal, cuyos modos de

          co, las nanas, y también a las educadoras   va a colonizar qué?   funcionamiento dominamos, la gestión de
          y educadores, una parte de trabajo de cui‑                los nudos de relación, congenialidad y con‑
          dado que se puede asalariar y otra parte   O sea, ¿vamos a   vivialidad resultante de nuestro ejercicio de
          que no se puede alienar, pero sí se debe                  politicidad en un tiempo larguísimo, y que
          resguardar y proteger con los medios nece‑ permitir que el   se ha ido progresivamente reduciendo y
          sarios. Es necesario pensar la economía de   espacio casa-  privatizando, nuclearizando y consiguien‑
          estos trabajos desde una perspectiva más                  temente despolitizando.
          amplia y, sobre todo, entendiendo cómo el  afuera, que ha   A medida que el mundo se fue volviendo

          capital y sus lógicas no pueden contenerlos   englobado todo lo   individualista, ese espacio de nuestra poli‑
          ni sustentarlos.                                          ticidad se ha visto reducido cada día, a cada
            Ese es un aspecto que el gran escáner de   que se pretende   hora, de una forma extrema. Y ahí mori‑
          la pandemia deja al descubierto, así como                 mos las mujeres, ¿no? Y ahí mueren y son
          el gran esfuerzo que la pandemia impone a  político, colonice   abusados nuestras niñas y nuestros niños
          las personas a cargo del cuidado maternal y   nuestro mundo y   también, entre esas paredes cerradas, en‑
          a las y los educadores por videoconferencia.              tre esas cocinas de encierro habitadas por
                                               continúe usurpando   una única persona aislada junto a su redu‑
          Cuidar es político                                        cida familia nuclear, cosa que nunca había

          Cuidar es político. Lo vincular es político.   la politicidad   existido en el mundo comunal.
          Y lo vincular, el tejer las relaciones es una   distinta que lo   Con la pandemia se abren dos escenas.
          tarea femenina en el largo tiempo de la his‑              Nos obliga a las madres a cuidar de nues‑
          toria, en la politicidad del “casa‑adentro” de  caracteriza y que   tros hijos y nietos dentro de casa en situa‑
          la  vida  comunal.  La  pandemia  ha  expan‑  había quedado   ción de encierro. Nos obliga también a con‑
          dido la vida “casa‑adentro”, o sea, en este               vivir con los miembros masculinos de estas
          otro  mundo político, en este otro espacio  oculta?”      casas que ciertamente se sentirán inco‑

          de gestión de la vida, en este otro ambiente              modados porque no habían percibido algo
          donde conversamos y deliberamos de otra                   central: como es trabajoso devolver cada
          forma entre nosotras, las mujeres, al in‑                 día y cada hora lo que usamos a su lugar.
          terior de cocinas abiertas que, a pesar del               Eso es el trabajo invisible que hemos hecho
          proceso de nuclearización de las familias                 las mujeres toda la vida.
          propio de la colonial‑modernidad, nunca                     Como ya Marx lo había notado, las mu‑
          se han terminado de encerrar completa‑                    jeres somos invisibles porque el trabajo
          mente, que nunca se han terminado de                      que hacemos es invisible: un trabajo re‑
          nuclearizar completamente, que nunca se                   productivo, donde lo reproductivo no es
          han terminado de transformar en espacios                  solamente biológico, es decir, no se trata
          privados, íntimos, aislados entre muros.                  de reproducir la cría meramente, pero de
            Porque ese ha sido el proceso y el rumbo                reproducir el orden diariamente. Eso es‑
          de la colonial‑modernización: por un lado,                tán percibiendo los hombres que acom‑
          la transformación del espacio político de                 pañan a las mujeres hoy dentro de casa:


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               VOLUMEN 17—NÚMERO 81—MARZO 2022
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